La abuela «chevere», tiene 61 años, tomó la decisión de viajar tras la pensión. Sus familiares se resintieron con ella al principio.
Para muchos abuelos, sus nietos se convierten en la razón de su vida. Por otro lado, hay otros que tienen diferentes prioridades.
Esta última es una abuela brasileña jubilada de 61 años que decidió viajar por el mundo.
Antes del covid-19 y el posterior cierre de las fronteras, Josefa Feitosa se jubiló después de trabajar en el sistema penitenciario de su país durante muchos años y tomó una decisión muy especial: solo tomó una mochila y salió a viajar por el mundo.
Para no tener preocupaciones durante el viaje alrededor del mundo y aumentar algo de dinero para el viaje, Josefa vendió sus muebles, su casa y agregó los ingresos de su pensión.
Así es como logró sustentarse en el día a día de su viaje.
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Después de que la mujer se pensionó, los hijos pensaron que la abuela tendría más tiempo para ayudarlos a cuidar a sus nietos, pero su plan era diferente.
En declaraciones al medio local ‘G1’, Josefa fue clara y dijo: “La abuela no debe criar a los nietos”.
Una de sus hijas, Lilith, dijo que al principio no solo estaba sorprendida por la decisión de su madre, sino también ofendida.
Sin embargo, después de unos meses, ella entendió su deseo y la apoyó para que lo realizara.
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Como una verdadera «influencer», esta dama comenzó a compartir fotos y videos de sus viajes en su cuenta de Instagram. Con el tiempo, a medida que su historia se hizo más conocida, comenzó a tener más seguidores.
Aunque muchas personas le expresaron apoyo y felicitaciones, algunas personas la cuestionaron pensando que debía cuidar a sus nietos y ayudar a otros familiares.
Aquellos que piensan que viajar es correcto, algunos dicen que las personas mayores deben encontrar un equilibrio entre el cuidado de sus nietos y su vida personal.
Por otro lado, quienes rechazaron la elección de Josepha aseguraron que lo más valioso para un abuelo deben ser sus nietos.
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Frente a las críticas, la abuela «carioca» dijo que los abuelos tienen derecho a una vida privada tanto como si fueran jóvenes.
Feitosa dijo que quería inspirar a otros a emprender las aventuras o los sueños que abandonaron por motivos familiares. Esta abuela ignoró estos problemas y continuó queriendo firmemente disfrutar de diferentes lugares del mundo.
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