Una anécdota contada por un seguidor desde la ciudad de Santa Marta. Se encontraba en el bingo jugando pero no pudo evitar decir las mágicas palabras al escuchar el numero 13.
Cada fin de año las empresas se esmeran por darles a sus empleados una despedida de año amena y en equipo. Unos hacen una reunión con comida, otros con pista de música, otros con un pequeño agasajo entre los trabajadores y jefes.
Pero en esta ocasión la empresa quiso realizar un bingo familiar, donde se encontraban los jefes y sus trabajadores, reunidos en un sola fiesta de fin de año.
Erick, el protagonista de esta jocosa historia se encontraba ahí en el bingo. Él lleva más de 4 años trabajando en la empresa como Auxiliar de Bodega. Un trabajador carismático, responsable y muy «mamador de gallo» entre sus compañeros. Dice que a mitad de año del 2021 ganó el «premio del mejor amigo del área de bodegas».
Pero a Erick le llegó el día en que su mamadera de gallo rompiera los limites. En la noche del bingo el joven Erick jugaba, acompañado de sus mejores amigos (de trabajo) en la mesa comenzaron a retar al joven.
«Hey, Erick, a que no eres capaz de decir: Aquí tienes pa que le beses, cuando salga el numero 13». – Le decían los compañeros.
«Aquí tienes pa que me la beses»
Erick al principio dijo que no, que era una falta de respeto y no era la ocasión. Sin embargo al pasar los minutos Erick sentía «cosquillas» en la lengua, su «mamadera de gallo» quería relucir acabando el año y quería demostrar que por eso gaño el «premio al mejor amigo» en la empresa.
El joven empezó, La muchacha presentadora dijo: Balota numero 13, a lo que Erick respondió gritando: «Aquí tienes pa que la beses», muchos se empezaron a reír al escuchar al joven. Segunda balota numero 13: «Aquí tienes pa que la beses», paso el rato y nuevamente otra balota: «Aquí tienes pa que la beses», las carcajadas no se hicieron esperar por parte de todos los presentes.
Un poco molesto el jefe directo de Erick se acercó y le dijo al oído: «Mi hermano, tienes que irte de aquí, que es esa falta de respeto?» Erick sorprendido le dijo al jefe que era una «mamadera de gallo» que no lo haría más, pero ya era muy tarde, la decisión estaba tomada y se tenia que ir del bingo.
A Erick le quedó la lección aprendida, hay lugares donde se puede tener un poco de jocosidad y hay otros donde la ocasión no lo amerita. Mientras, el joven espera que pasará con él en la empresa luego de la «sacada de piedra» de su jefe, aún está de vacaciones y no lo han llamado para retomar labores.
¡Suerte viejo Erick!
