En la actualidad muchos ciudadanos tenemos la impresión de que algunos médico y profesionales de la salud muchas veces no realizan muy bien su trabajo al momento de atender un paciente, por ejemplo, algunos en las citas médicas ni te miran a los ojos cuando les estás comentando sobre tu estado de salud por estar viendo y llenando información en un computador.
Hace unos días la señora María Luisa Amores Blanco se despertó muy temprano en la mañana con un fuerte dolor de cabeza, justo un día antes que lograra conseguir el primer pago de su pensión, la mujer de 65 años junto con su esposo German Castellanos habían planeado hacer unos viajes por Europa para descansar, disfrutar y vivir la vida juntos en pareja, pero por cosas de la vida y lamentablemente por la negligencia de un doctor esos sueños no se pudieron hacer realidad.
Ese día la señora le dijo a su esposo que no se sentía bien y que había amanecido con unos fuertes dolores de cabeza que no soportaba y que la llevara de urgencias, el hombre al verla en ese estado inmediatamente la llevó al Centro de Salud de Lugones de Asturias en España, al llegar al lugar fueron atendidos por un médico el cual al ver a la mujer dijo que ellos no tenían que estar en ese lugar y que debían pedir era una cita médica con un médico general.
Médico
En la sala de emergencias se encontraron con un medico que lejos de mostrar empatía con ellos, les dijo que no podía atender a la señora por tener un simple dolor de cabeza, por lo que tenían que pedir una cita por teléfono o regresar a su casa y tomarse un acetaminofén.
“Vinimos por urgencias para no tener que pasar por el protocolo del hospital, pero el doctor se molestó muchísimo porque teníamos que haber pedido cita en medicina general, así que la mandó para casa sin atenderla”, manifestó el esposo de la señora.
A la pareja de esposos no les quedó otra salida que regresar a la casa, pues las suplicar para ser atendidos a ese doctor, no sirvió para nada.
No pudo ingresar a la sala de emergencias
Luego de tres horas de haber regresado a su casa, la vida de la señora Maria Luisa Amores se apagó para siempre, el intenso dolor de cabeza efectivamente había sido un síntoma de que algo grave le estaba sucediendo.
Para el señor y esposo de la señora, fue el golpe más duro de su vida. Él no sólo perdió a su compañera, perdió al amor de su vida, a su mujer, y a su amiga.
Con impotencia, tristeza y frustración, Germán Castellanos no encontró otra manera de expresar su dolor e inconformidad con la actuación del médico que se negó a atender a la señora, que llevarle una bandeja con una pequeña urna que contenía las cenizas de la mujer, símbolo de la vida que se perdió.
Junto con las cenizas, Germán llevó un jabón, para que él médico limpie su consciencia, 100 euros para pagarle la consulta de tres minutos que empleó mientras les decía que se devolvieran a su casa y una invitación al hotel que gerencia, con el ánimo de que vaya y le puedan mostrar su política de atención al cliente que prioriza antes que nada el servicio humano.
Su manifestación ha sido abrazada por cientos de personas que se solidarizan con su intención de hacer visible el drama que reposa detrás del sistema de salud de su ciudad, el cual se ha visto envuelto en fuertes polémicas debido al déficit de la calidad en la atención.
