El maltrato, la vaga y floja respuesta del Presidente Iván Duque hacia el colega que le pregunta sobre la noticia del momento, el bombardeo que le causa la muerte a ocho menores, denota la falta de importancia que este gobierno le ha dado al asunto.
Como si se tratara del mismo conejo de la suerte Bugs Bunny (compañero de Porky en los Looney Tunes).
Al decir fría, sarcástica y hasta casi cómica:
«No sé de qué me hablas Viejo».
A diferencia del afamado conejo de caricaturas que siempre que encontraba alguien solía decir: «Que hay de nuevo viejo «.
Hasta Bugs de seguro mostraría un grado más de sensibilidad que el Sr Iván Duque Márquez, quien desde que tomó el poder no ha sido si no escándalo tras escándalo.
Aumento en impuestos y reformas, querer quitar la prima a los trabajadores, aumento en el pago mensual de la pensión, fotos que acusaban a las guerrillas de estar en Venezuela que resultaron falsas, y muchas cortinas de humo para tapar muchas fallas del gobierno y para remate y colmo de males, su gabinete oculta un tema muy delicado como la muerte de estos 8 menores.
Jesús Blanquicet el periodista que quería entrevistar a Duque
Es el nombre del periodista que además de no obtener una respuesta sería ni formal por parte del presidente tuvo que recibir fuertes agresiones físicas por parte de sus escoltas y no es la primera vez que los medios se quejan por algún tipo de maltrato.
Señor presidente a través de este humilde medio de comunicación barranquillero; además de la ciudad donde ocurrió este lamentable hecho, le queremos decir unas cositas.
¿No le fue suficiente a su partido de gobierno acabar con la tranquilidad del proceso de paz ?.
El cual los colombianos nos ufanamos en buscar y querer dejarle a las generaciones venideras, ¿Será que con más violencia se solucionan las cosas?.
¿Maltratando a un medio, que solo busca información de primera mano , es la forma de tapar las faltas de su gobierno ?.
Si queremos un cambio empecemos por los altos mandos, sin abusar del poder, sin pisotear a todo aquel que está haciendo bien su trabajo Sr presidente.
Ya de aquel Sr casi que tierno y muy «buena onda», al parecer no queda nada, sus canas se han duplicado, ha subido muchos kilos de más (esto y sumado a su rostro lo llevaron a ganarse el apodo de Porky en Colombia).
Y ahora sus escoltas protagonizan de vez en cuando maltrato a los colombianos, muchos de esos que votaron por usted señor presidente.
El periodista Blanquicet, expresó a una importante cadena nacional lo sucedido en Barranquilla y dijo lo siguiente:
«Me dan un golpe a la altura del timón para intentar tumbarse pero yo no me dejó y les expresé que era periodista y que estaba haciendo mi labor, pero insistían en acorralar me y allí es cuando se da cuenta la Alta Consejera, Karen Abudinen quien intercede para calmar los ánimos».
Incluso la Dra Karen para desviar el escándalo le solicita al mismo periodista del Heraldo que borrase las declaraciones, a lo cual obviamente nuestro colega hizo caso omiso.
Parece que lo de los escoltas de Duque se volvió algo tan común, siempre que un medio intenta preguntarle algo en una vía pública.
¿ Será que lo que tanto crítica él y su jefe político (el innombrable) en Venezuela , se expandió hacia nuestra amada patria Colombiana, y estamos casi en una dictadura ?.
¿Dónde quedó la decencia que mostró en campaña ?.
Que llevo a 10 millones de compatriotas a votar por usted.
Todos estos actos hacen que Duque, tenga una baja popularidad ya perdió a su jefe de inteligencia, quedo como un cuero delante de las naciones unidas, perdió a un ministro de relevante importancia, señor presidente creo que debería hacer un cambio en su jefe de escoltas y en su seguridad, porque si así es el maltrato para los que están cerca de usted, ¿cómo será para los millones de colombianos que están lejos de sus terrenos? ; Ejemplo los ocho niños fallecidos y vuelvo y le pregunto en nombre de miles de periodistas ¿Que paso con el asunto del bombardeo?.
Dios nos libre de los escoltas del Dr Duque y sin más me despido diciéndoles.
«Eh , E…., Estooo ,esto es todo amigos».
Por:
Haner Solano.
