Suegra pone a lavar los platos a su yerno para que no fuera más en hora del almuerzo

La siguiente es la historia Sixta Parra, una señora ama de casa de 65 años que por estos días se volvió viral porque según cuenta se encontraba cansada de verle todos los días la cara del novio de su hija menor, al parecer el yerno quien fue identificado como Brian Perea, llegaba últimamente justo a la hora en la que ella servía el almuerzo.

Al parecer el hombre tomó por costumbre ir a almorzar todos los días a la casa de su novia sin aportar un solo peso, viendo esta situación decidió ponerlo a lavar los chismes y los platos con tal de que se aburriera y no fuera más a su casa a la hora del almuerzo.

En una entrevista radial que le concedió a Caracol, el hombre se presentaba de lunes a domingo a su casa todos los días tipo 12:00 pm, con la excusa de visitar a su amada.

La siguiente es la historia Sixta Parra, una suegra ama de casa de 65 años que por estos días se volvió viral porque según cuenta se encontraba cansada de verle todos los días la cara del novio de su hija menor, al parecer hombre quien fue identificado como Brian Perea, llegaba últimamente justo a la hora en la que ella servía el almuerzo
Foto de ilustración cortesía: abc13.com

La mujer cuenta que ella solo analizaba los pasos que daba el hombre y solo lo veía calentar silla y decirle a su novia que tenía mucha hambre y que todavía no había almorzado.

En repetidas ocasiones la señora Sixta le pedía el favor a Brian que por lo menos pusiera para comprar el hielo en la tienda para el jugo, a lo que el hombre le respondía que no tenía plata y le decía: “Suegra yo estoy estudiando y no trabajo”.

Se comía el cucayo que dejaba la suegra

La señora cuenta que incluso el hombre tenía el descaro de irse a la cocina a raspar el cucayo o de pedir más comida porque según él le servían muy poquito.

Sixta cansada de tener que aguantarse al tipo todos los días y hacer rendir el almuerzo, le dijo a su hija que ya estaba mamada de ese tipo y que no lo quería volver a ver a la hora del almuerzo, sino lo iba a poner a lavar los platos para que se ganara el bocado de comida.

La suegra le cantó la tabla

Al siguiente día Brian nuevamente se presentó a la casa de su novia con intención de “visitarla”, pero él no se imaginaba era que la señora Sixta ya le tenía listos los calderos sucios, las ollas, los platos y las cucharas para que el pechugon los empezara a lavar.

Muy amablemente la señora le dijo al hombre: “Mijo ayúdeme con unos platicos que tengo sucios en la cocina”, Brian asombrado por la chismera que le tocó lavar, quedó cansado y ese día casi que no quiso ni comer el almuerzo que le había servido la señora Sixta. Al día siguiente le tocó lo mismo hasta que se aburrió y no volvió más a esa hora.